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31.8.13

CRUCES


Vecino a mi casa estaba el taller de don Atilio, un lugar que frecuentábamos todos los pibes del barrio.
 En el encontrábamos las herramientas necesarias para nuestras construcciones, podía ser un autito  que resolvíamos con una lata cilíndrica de aceite que cortábamos por la mitad y con la cuál hacíamos  una Ferrari, o un carrito de rulemanes o lo que nos hacía falta.
Pero, además de las herramientas, las paredes de ese taller estaban tapizadas con fotos de almanaques, algo típico en esos días.
Disimuladamente  mirábamos aquellas  señoritas ligeras de ropas. Tetas y culos que parecían salir de esas láminas y se metían en nuestra imaginación germinando como flores exóticas.
Por supuesto que esas imágenes no pasaban inadvertidas para nuestra “inocente” mirada infantil. Probablemente hoy, los guardianes de la moral y las buenas costumbres encenderían sus alarmas ante semejante exposición de esas fotografías “pornográficas” a la mirada de desprevenidos infantes (la palabra pornografía está entre las preferidas de esa gente.)
Paradójicamente  uno de los recuerdos mas traumáticos que tengo de mi niñez, no se generó en aquel taller mecánico y ante aquellos almanaques. Fue un mediodía que acompañé a mi nona, persona sumamente devota, a la iglesia del barrio.
Cuando entramos a ese lugar en penumbras, donde la gente se arrodillaba y parecía cargar sobre sus espaldas todas las tristezas  del planeta, la sorpresa mayúscula fue descubrir en un rincón a un señor semidesnudo sostenido a una cruz con grandes clavos que atravesaban sus manos y pies con una corona de espinas que se enterraban alrededor del cráneo y una herida  sangraba en un costado del torso… algo terrible.
-¿Porqué le hicieron eso?- le pregunté consternado a mi abuela.
- Porque era muy bueno.- me respondió lacónica con su rosario en la mano.
-No conviene  ser tan bueno.- pensé desde mis seis años.
Traigo esto a cuento hoy, recordando un reciente escandalete mediático que provocaron ciertos libros entregados por el gobierno en los colegios y calificados (por los" guardianes" de turno) como "pornográficos" en mi provincia natal.
Muchas personas hablaron de “imágenes fuertes” a la que se exponía a los jóvenes y el daño psicológico que estas causarían.
No se porqué solo entra en la categoría de “imágenes fuertes” las referidas al sexo.
 Que un pibe pase horas hipnotizado frente a la compu jugando a matar a otras personas no jode a nadie. Eso no es fuerte ni traumático. Que mire en un noticiero las víctimas descuartizadas en un accidente, no importa. Podría seguir enumerando, en  fin…no conviene ser tan bueno.




25.8.13

VACIO


-Me paraliza el papel vacío – me dice frente a la hoja de papel blanco.
La hoja de papel nunca está vacía.
Ya la forma que elegiste, si es cuadrada o rectangular, si está vertical o apaisada es parte del dibujo, aunque todavía no hayas trazado una sola línea.
Además, en esa superficie blanca, aunque no las veas, hay dos líneas que lo atraviesan oblicuamente de un ángulo al otro y se cortan en un punto en el exacto centro, equidistante de los cuatro lados. Generan tensiones. Eso también es dibujo.
Esto es  parte de lo que llamamos  composición.
Componemos cuando ordenamos un cuarto, cuando distribuimos los muebles en un espacio, cuando nos vestimos y combinamos formas y colores, cuando tomamos una foto.
Componer es organizar.
Dibujo no es solo esa imagen que hacemos sobre un papel con un lápiz o tinta. Dibujo es también el espacio que la rodea, lo que no tiene nada, el vacío.
Un buen ejercicio es dibujar una figura, recortarla y moverla sobre una superficie cuadrada o rectangular. De acuerdo dónde la ubiques, a la izquierda a la derecha, arriba o abajo tendrá más o menos intensidad.
Pensá que el papel es como un escenario, no es lo mismo entrar a ese escenario por la izquierda o por la derecha, cada lugar tiene su intención, su jerarquía.
Seguramente esa jerarquía es la que marca el precio de un aviso en un diario según la página par o impar o el lugar en que lo coloques.
O sea, comenzaste a dibujar en ese papel “vacío” mucho antes de poner una línea.
Todos los días alguien me escribe preguntándome si doy clases de dibujo, no doy clases, aunque hoy me salió el maestro ciruela que dormita en un rincón.


13.8.13

LEÓN FELIPE





Yo no sé muchas cosas es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.

León Felipe


3.8.13

DE MIS DIARIOS



Esta tarde encontramos este pájaro muerto en el jardín.
Creo que es un benteveo. Causas del deceso inciertas. Está entero y sin heridas. Marta conjetura que probablemente se envenenó con una fruta con pesticida, o tal vez de viejo.
¿Adónde van los pájaros cuando mueren?
Lo estaban devorando las hormigas. Lo puse en una bandejita y lo traje a mi cueva.
Ahora descansa sobre la mesa de dibujo. Es un buen modelo, no se mueve, de vez en cuando sale de su interior alguna hormiguita satisfecha del festín. Pronto tendré mi esqueleto de pájaro.
Me estimulan estos modelos. Todo lo que viene de la naturaleza es un compendio de formas, geometrías, líneas, ritmos que sirven de apertura para un dibujo.
Tener ese cuerpo a centímetros de mis ojos, poder escudriñarlo, cambiar el ángulo del enfoque es muy bueno, me acerca al misterio.
Son ejercicios de higiene visual. Donde solo pienso con el dibujo.
Sobre la mesa tengo una flor seca que encontré hace unos meses en Tunuyán, probablemente un girasol, con sus elipses y puntas erizadas , atrás, cuelga una extraña esfera que fue un camoatí, tiene algo necrológico que a muchos impresiona mal, también tengo una colección de insectos difuntos regalo de mi amigo Crimi, un carancho con las alas desplegadas y embalsamado.
 Los tengo porque pienso en dibujos. Mirarlos es placentero. Siento que me sirven aunque nunca lleguen a posar en ningún trabajo