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31.12.09

Adios 09

En mi infancia el tiempo transcurría lentamente, atravesar un verano era una eternidad. Los días eran largos, interminables. Estábamos absortos en el instante; el color de una nube, un insecto, el arco iris, eran acontecimientos extraordinarios. Estábamos presentes, sin ambiciones ni deseos.

Fui creciendo y aprendí a medir el tiempo, y comenzó a correr y escaparse, era como si los relojes y almanaques aceleraran el paso de los meses y los años. Todo era fugaz.
Esto me angustiaba, vivía a mil y todo pasaba vertiginosamente, no tenía tiempo para nada y allá al fondo había un cartel que decía sefiní.

La angustia venía de saberme ausente, no estaba donde estaba. Un día me di cuenta, toda la educación apunta a negarnos, nos preparan para ser ausencias.
Narcotizados con teorías, palabras, explicaciones, fechas y demás datos, nos aíslan de nosotros mismos, transcurrimos aturdidos en el vértigo, sin saber quienes somos, que hacemos, a donde vamos.

Picasso decía que le llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño. Volver a esa inocencia primaria (que no es ignorancia) recuperar el paraíso perdido.





Esta noche comienza otro año, cuando suenen las sirenas y te aturdan los fuegos artificiales y levantes una copa, pensá, aunque sea solo un instante, en eso que te habita y déjalo ser (Beatles remember).
Agradezco la hospitalidad de tu cuore en este largo año transcurrido, te abrazo y te dejo este poema de Eugenio Montale para que te acompañe como un viejo amigo.

He contemplado desde la luna, o casi,
el modesto planeta que contiene
filosofía, teología, política,
pornografía, literatura, ciencias
manifiestas o arcanas. En él está también el hombre,
y yo entre estos. Y todo es muy extraño.

Dentro de pocas horas será de noche y el año
terminará entre explosiones de champán
y de petardos. Quizás de bombas o de algo peor,
mas no aquí donde estoy. Si uno muere
a nadie le importa con tal de que sea
desconocido y lejano.


19.12.09

La mirada


Las historietas fueron mi primera fuente de aprendizaje, desde siempre llamaban mi atención, en mi infancia hubo muchas revistas, una fue Patoruzito, donde se publicaban dibujos de Alberto Breccia, Alex Raymond, Bataglia, Ferro, y tantos otros próceres, otra revista que recuerdo era El Tony, me gustaban los dibujos de Frank Robbins y también el Cabo Savino de Casalla.


Hoy me pregunto qué hace que un niño que no tiene ninguna noticia sobre estética, ni arte, ni nada parecido le atraigan ciertos estilos de dibujar o representar la realidad.

Todo esto me movía a hacer mis propias revistas, en papeles blancos que mi viejo traía de su oficina, otro lujo era cuando me prestaba su Parker 51 una lapicera gris, fueron mis primeros pasos con la tinta.

Cuanta nostalgia siento por aquellas tardes que pasaba en soledad, dibujando sobre una mesa cubierta con una frazada en una casa vacía donde meses después nos mudaríamos.

En mi niñez y adolescencia dibujé muchas historietas que nunca publiqué, disfrutaba haciéndolas, casi nadie las veía, era un pibe muy tímido, callado y tranquilo, tenía pocos amigos vivía en un mundo imaginario, la bicicleta y el dibujo eran mis pasiones.

Paradójicamente fue muy poco lo que hice en el género comic cuando empecé a publicar, perdí el interés o me aburrí, comencé otras búsquedas, otros caminos inciertos me atrajeron, aunque algunos experimentos hacía de vez en cuando, donde podía mezclar dibujo y literatura.
Sin querer abrí la puerta de la memoria, en realidad quería presentarte esta historieta de siete páginas que alguna vez publicaron en Fierro, se llama La mirada, el guión me pertenece, la rescato, me sigue gustando, como ves, la historia viene de lejos.

3.12.09

Dibujante desvelado

Entre otras músicas, el jazz me acompaña, mientras dibujo, primitivos equilibrios danzan en el espacio, construcciones sonoras que flotan en mi estudio o en mi mente.

La música trabaja con la memoria y con el tiempo, puede ser el piano de Thelonius Monk, las iluminaciones de Duke Ellington o los viejos temas de Woody Herman, hay semanas en que me visita Keith Jarrett y paso de los “Standards” a “The cure” o “Fort yawuh” hasta que viene a rescatarme el violín de Didier Lockwood o la guitarra de Bireli Lagrene.

Todo esto siento que no es ajeno a lo que dibujo, de alguna manera que no puedo explicar, estoy convencido que en muchos trabajos circulan melodías que estaban en el taller, mezclados con la tinta o en los colores de ciertos pasteles.

Somos una fuente de energía (hoy amanecí físico de bolsillo) nuestras producciones son desprendimientos, diferentes formas de manifestarse de esa energía combinadas con otras, como estás melodías que en este momento suenan de la mano de Keith Jarrett , que alguna vez hace algunos años produjo en algún lugar y que en este instante reproduzco.
Cuando estos sonidos se expanden en mi mente (espíritu, alma) me transformo en un músico, soy quien los descubre y revela.
Por eso creo que si estás vivo (no todos los que respiran están vivos) hagas lo que hagas, tengas el oficio o profesión que tengas, si de verdad estas vivo, latiendo, a la intemperie, sos artista.





1.12.09

Viajero sedentario

Paradójicamente soy un viajero sedentario, mejor dicho quienes viajan son mis dibujos, sobre todo si están impresos en una estampilla.
En varias oportunidades el Correo Argentino me encargó dibujos para sus sellos postales, retraté algunos ídolos populares, como la gran Nini Marshal o Luis Sandrini, también dibujé a Roberto Arlt y a don Ata.




Si bien hoy es casi un recuerdo eso de pasar la lengua por el dorso de una estampilla para adherirla a un sobre, imagino alguna de estas imágenes que estuvieron en un papel sobre mi mesa de dibujo, en un lugar remoto del planeta. Hace poco un amigo me contó que encontró en un restaurante de Finlandia un ejemplar del Martín Fierro que ilustré y no pudo dejar de asombrarse.
Sagitario, mi signo en el zodiaco, se caracteriza por ser muy viajero, creo que no se equivocan, aunque me cuesta salir de mi estudio.