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7.12.08

El humo plateado flotaba suspendido mientras él exhalaba pequeñas nubecitas, las que con mano diestra dirigía, acomodaba, modelaba.
Mudo de asombro, vi aparecer la figura de una mujer desnuda flotando en el espacio como un fantasma. La imagen duró un instante, después comenzó a deshacerse
El ya estaba absorto en otra creación: un perro. Los minutos pasaban y las apariciones de humo se multiplicaban. Hizo un soldado, una calavera, un monstruo…
Los tres tragas estaban concentrados en la naturaleza muerta, nunca se enteraron de nada.
Suárez Marzal encendió otro cigarrillo y continuó dibujando.
De repente el timbre cortó el silencio.
Con la palma de la mano deshizo un elefante de humo, me miró cómplice, saludó y se fue.
-Fuma como un escuerzo.- murmuró uno de los tragas mientras guardaba la carpeta de dibujo.